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SENCILLOS, TRANSPARENTES Y SIMPLES
Sencillos, transparentes y simples
Hemos iniciado las vacaciones de verano y la mayoría de los planteles educativos, dejarán de impartir clases por la vía electrónica. Aunado a la situación sanitaria en donde los grupos parroquiales también han llegado al fin de un ciclo anual, conviene platicar un poco sobre lo que nos pide Jesús en el evangelio del Domingo XIV del tiempo ordinario. (5 de julio 2020)
“Yo te alabo Padre, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla” Mt. 11,25-30
Aquí me quiero detener y compartirte que con tanta noticia que actualmente vemos a nivel local, nacional e internacional, muchos hechos nos angustian, preocupan o llenan nuestra mente de estadísticas y porque no, también a veces de pesimismo en muchos casos, nos contagian en hacernos bolas, en mezclar lo bueno con lo malo, no nos permiten ver lo positivo que también hay en nuestro mundo. Por ello te comparto tres acciones a realizar.
1.-Busca y mantente en lo principal: quédate con lo bueno, no te claves en lo accesorio o secundario, hay muchos distractores aún en casa. La televisión y el celular como nos puede educar, comunicar y también formar en lo religioso, hay algunos programas y presentaciones que nos pueden robar el corazón.
2.-Aprendamos a disfrutar cada instante de cara a Dios. Se profundo y mira como Dios mira los acontecimientos. Hay oportunidades para compartir con nuestro cónyuge, con nuestros hijos. Lo que hoy vivimos, pasará,
3.-Pon todo lo que haces desde la perspectiva de Dios. Mira como Dios mira. Muchas cosas quizá no las entendemos. La situación que vivimos y que nos ha quebrado la economía, la convivencia, los empleos, las relaciones diarias con los demás. Pero Dios tiene en sus planes algo mejor para los que AMA, todo sucede para bien de quienes somos su pueblo. Dios nos levanta y carga en nuestro caminar. Deja todas tus preocupaciones en las manos de Él. Confía que Él tiene poder y si te sueltas en sus brazos, podrás seguir sus enseñanzas. Vivir el Evangelio para utilizar los criterios de Cristo.