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La vocacion al amor, sexualidad y felicidad (parte I)
El tema de la sexualidad tanto para el hombre como para la mujer, se escucha mucho y se toca en todos los ambientes de nuestro mundo, pero poco se sabe en realidad que es….
Muchos creen que hablar de sexualidad es igual hablar de placer; que ese placer nos lleva a la felicidad, a una plenitud, y que ese placer se logra en compañía de una persona que nos atrae, y que es agradable ante nuestros ojos.
En el momento de estar con esa persona nos fascina, nos obsesiona, nos saca de nosotros. Es un deseo de poseer a la otra persona, de unirnos a ella, queriendo acaparar su vida para seguirla deseando y esa persona me siga deseando.
Pero hemos de reconocer que lo antes mencionado, ese deseo de placer y de posesión, da pocos frutos. Pasando el tiempo se da uno cuenta que no es lo que se esperaba hallar. El placer que se experimenta, no llena del todo mi persona y la de la otra persona tampoco. Por mas que se experimente ese placer no llena las necesidades afectivas.
El secreto para que esto de un fruto no solo en el cuerpo sino también en lo afectivo y en lo espiritual es el AMOR.
A través del amor podemos descubrir que realmente nos atrae, nos seduce, lo que nos enriquece, lo que nos lleva a plenitud, es donde nos sentimos plenos.
Cuando existe el amor unido con el placer, nos lleva más allá de lo corporal, ese amor nos lleva a encontrarme con una persona diferente a mí en valores, virtudes, sentimientos, etc.
Pero el poderme encontrar con que forma a la otra persona es todo un misterio, es algo que yo no puedo controlar, ni manipular, por lo tanto, es complicado poderlo entender: ¿quién eres tú en realidad?
Reducir la sexualidad a algo meramente corporal implica perder el misterio de lo que es la otra persona. El amor entonces unirá, sí, a la realidad sexual la realidad afectiva de la persona y por lo tanto encontrará el deleite que busca; pero si lo reducimos solo a la parte corporal, del placer por el placer, tarde que temprano la misma persona que lo anda buscando se desilusionará y se decepcionará, y sentirá mas extraña y ajena a la persona que le atrae físicamente y que solo obtuvo un placer corporal.
Ciertamente como quedó esa persona que anda en búsqueda decepcionada, continúa su deseo sexual, sintiendo un vacío, reclamando siempre algo más y siguen en búsqueda entonces de mas personas para sentirse satisfecho, pero como un placer es solo sexual corporal sigue buscando experiencias más excitantes.
Entonces ¿Qué esconde el deseo sexual que la misma relación sexual no es capaz de apagar?
Empecemos por entender ¿qué es la sexualidad humana? Es todo lo que nos conforma, el ser hombre y ser mujer, como pienso como hombre o mujer que soy, como actúo como hombre y mujer que soy, las reacciones que tengo propias de ser hombre y ser mujer, mi psicología de ser hombre y ser mujer y toda mi parte genital o reproductiva de ser hombre y ser mujer, el deseo de trascender como hombre o como mujer, por lo tanto la sexualidad la llevo en todo mi ser; ese deseo sexual que experimento o experimenté es parte de mi sexualidad.
Dentro de la sexualidad humana esta el misterio de cada persona, porque hablamos de misterio, porque una persona nos es igual a la otra.
¿Entonces porque reducimos la sexualidad a la genitalidad? ¿ Porque reducimos el amor solo a una relación sexual? Cuando reducimos el amor solo a lo sexual es como si hiciéramos un corto circuito en la persona que produce consecuencias desastrosas en la vida de las personas ya que cuando existe el amor, la relación sexual se vive en plenitud de entrega hacia la otra persona, se llega a una plenitud de unidad, nos sentimos que somos uno solo, pero el sentirnos que somos uno solo cuando hay amor se siente desde el interior de la persona.(CONTINUARÁ EN EL SIGUIENTE MES)
Aportación Abril 2020.-Gerardo M Flores