La ocasión anterior hablamos de una manera generalizada de lo que son las Obras de Misericordia, antes vale la pena aclarar que la misericordia va muy ligada a la caridad, y ¿qué es la caridad?, la caridad tiene como frutos el gozo, la paz y la misericordia. Exige la práctica del bien y la corrección fraterna; es benevolencia; suscita la reciprocidad; es siempre desinteresada y generosa, es amistad y comunión (CIC 1829).

Cuando en misa rezamos el acto penitencial, decimos “confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes hermanos que he pecado de palabra, de obra y de omisión”; de esta manera es que sin darnos cuentas caemos en estas faltas, solo porque no ponemos atención en nuestra vida y consideramos que pecar es solo atentar contra los mandamientos, pero también atentamos contra nuestro prójimo cuando faltamos a su encuentro en diversas circunstancias.

Las obras de misericordia como se dijo, son corporales y espirituales.

las corporales no son:

  1. Visitar a los enfermemos. No solo aquellos cuya salud esta deteriorada, cuantos sufren en el alma y en su corazón la soledad, el abandono, el rencor, el desprecio y el sufrimiento y enojo con la vida que desearon llevar
  2. Dar de comer al hambriento. No solo al que sufre de la carencia del alimento nutrimental, sino del alimento espiritual en aquel que no conoce a Dios.
  3. Dar de beber al sediento. No al que requiere del vital líquido, sino del que no tiene un vaso con quien compartir y que en su soledad, no convive con nadie
  4. Dar posada al peregrino, si bien no se trata de llevar a alguien a tu casa, si es proveer de cobijo a una familia, algún hermano que sufre la mendigues, que transita por las calles, cobijar es proveer de ropa, alimento y un poco de amistad
  5. Vestir al desnudo, no solo al que no tiene ropa, sino también esta desnudo en su corazón quien no abriga un poco de esperanza para poder ser feliz y cubrirse del amor de los demás
  6. Visitar a los presos, no solo a los que están privados de su libertad y olvidados de sus familias, sino del que esta preso de sus vicios, de sus rencores, de sus odios, de su vida miserable.
  7. Enterrar a los difuntos, no queda en el término de la sepultura y el olvido, sino de vivir en su recuerdo, a través de la oración por ellos, comenzando por nuestros familiares fallecidos, con la esperanza de que pronto vayan al encuentro del señor.

Las Espirituales, estas obras se refieren al trabajo que debemos de realizar apoyando a quien lo requiere, a través de una dirección o acompañamiento.

  1. Enseñar al que no sabe, no se refiere al conocimiento de la ciencia sino al conocimiento de Dios,
  2. Dar buen ejemplo al que lo necesita, nuestra forma de vida debe ser ejemplo para quienes viven con nosotros, en el trabajo y en todas las actividades diarias
  3. Corregir al que se equivoca, empezando por los error que en lo personal cometemos, corregir en tiempo a nuestros hijos, hermanos, o amigos, hacerles ver sus faltas pero sin enjuiciarlos
  4. Perdonar al que nos ofende, si te dan un cachetada por la otra mejilla, siempre perdonar con el corazón, con el amor al prójimo
  5. Consolar al triste, muchas veces somos candil de la calle, cuando la tristeza ronda tu casa, tu familia, y no eres capaz de escuchar, ayudar y motivar al que sufre
  6. Sufrir con paciencia los defectos del prójimo, muchas veces juzgamos el actuar de los demás en lugar de compadecernos de las faltas de nuestro prójimo, ser pacientes y amarlos
  7. Rezar a Dios por los vivos y por los difuntos, muchas veces solo rezamos por los difuntos sin acordarnos de los vivos, cuando ambos necesitan de la oración por unos y por otros, encomendarlos y bendecirlos cada día y cada mañana.

Las Obras de Misericordia nos ayudan a ser mejores cristianos, mejores hombres a darnos por los demás sabiendo que el gozo que obtendremos ser eterno.

Por Alberto Velasco