Ahora queridos amigos quiero compartir con ustedes el contenido del libro 5 piedras que obstaculizan tu bendición del autor Juan Alberto Echeverry y que considero que nos pueden ayudar a mejorar nuestra vida.

1er. obstáculo: La Queja

El libro del Deuteronomio en el capítulo 1, versículos del 19 al 39 Moisés hace un resumen de todas las peripecias que el pueblo pasó en el desierto y de cómo frecuentemente se quejaban contra él y contra Yahveh y preferían regresar a Egipto a seguir viviendo una vida de esclavitud. Todo esto a pesar de todas las muestras del poder de Dios y de que siempre estuvo al pendiente de ellos y no los dejó morir de sed ni de hambre. Así como los libró del ataque de otros pueblos.
Si traemos a nuestra vida actual la actitud del pueblo de Israel tal vez nos identifiquemos con algunas de estas personas que ahora describo.

  • La persona que se la pasa quejando de todo. Se queja del clima, del gobierno, del costo de la vida, de los vecinos, de los compañeros de trabajo. Se la pasa culpando a otras personas de lo que no tiene o de lo que según él no ha podido tener o alcanzar en su vida. Es la persona que ve siempre el vaso medio vació. Siempre resaltando lo que no tiene, comparándose con otras personas o situaciones. La queja llega hasta Dios y esta persona piensa que Dios es injusto con ella, que lo la escucha a pesar de que siempre le pide con insistencia, va a misa todos los domingos, se confiesa y comulga con frecuencia, reza el rosario todos los días y visita al Santísimo al menos una vez por semana. A pesar de todo esto se siente incomprendida y olvidada por Dios. Este tipo de personas no solo se hace un gran mal a ellas mismas sino que contaminan el ánimo de los que les rodean creando un círculo de queja y desanimo alrededor de ellas.
  • Hay personas que no se quejan abiertamente pero en su interior hay desanimo, desilusión, desesperanza y tristeza. Generalmente son personas serias, apáticas, pesimistas. Poco conviven, se aíslan hasta de sus familiares y si tienen algún problema poco se esfuerzan por solucionarlo. Su estado de ánimo interior los lleva a pensar equivocadamente que Dios debe solucionar todos su problemas y viven una fe distorsionada. Rezan asiduamente y con insistencia, frecuentan los sacramentos pero su vida está aletargada. La envidia crece en su interior ya que ven con tristeza lo que otros tienen y ellos no, no reclaman pero en su interior se bullen los sentimientos que ya hemos comentado.

Queridos amigos, tan malo es gritar a los 4 vientos nuestras frustraciones como aparentar una paz que interiormente no vivimos.
Dios quiere que seamos felices, Jesús nos dijo, Yo vine para que tengan vida y la tengan en abundancia Jn 10, 10. A Moisés le pidió que comunicara al pueblo que cumpliera sus mandatos para que fuera feliz, ellos y sus hijos. Dt 4.40 y por último Jesús cunado les habla a las gentes sobre las preocupaciones diarias les dice que su afán debe estar en hacer su trabajo y que busquemos primero el Reino de Dios y todo lo demás nos vendrá por añadidura Mt 6, 33.

Dios quiere que pongamos nuestra confianza en Él que hagamos lo que nos corresponde como trabajadores, como esposos, como padres, como hijos, que nos esforcemos en cumplir sus mandatos y nuestra vida tendrá un nuevo sentido. Debemos cambiar el modo de ver las cosas, ser agradecidos con Dios de todo lo que nos ha dado sin voltear a ver a nuestro alrededor. Tenemos mucho que agradecer a Dios. A pesar de que estemos pasando alguna situación difícil en nuestra vida Dios está presente en ella y nos quiere enseñar algo, hacernos mejores en algo, limar algunas asperezas de nuestro orgullo, carácter, soberbia y/o vanidad. Pidámosle a Dios que aumente nuestra fe y que nos haga ser agradecidos, que nos ayude a perdonar y a pedir perdón y nuestra felicidad será más plena. La felicidad no está en función de lo que tenemos o de lo que somos sino de cuanto amamos.

Saludos

José Rosario Gonzalez