En la actualidad, vivimos en una sociedad volátil, incierta, compleja que, aunque es dominada en su gran mayoría por hombres, vemos que los varones sufrimos una grave crisis de identidad. Desde que comenzamos a tener conciencia de nosotros mismos, las pautas de comportamiento, exigencias, preferencias y habilidades femeninas, son consideradas prioritarias e ideales para un entorno social que ve las manifestaciones de masculinidad como nocivas para el correcto desarrollo personal.

El estilo femenino de actuación se ha impuesto, hasta tal punto, que se ha producido un visible retroceso en los niños y los jóvenes varones. Sus intereses, no son valorados y las tendencias de su comportamiento innato no son toleradas, no se comprenden y, por lo tanto, no se respetan. Por ejemplo, su introspección, sus actitudes en apariencia desafiantes, su asunción y pasión por el riesgo, por la aventura, por una batalla que pelear, por su agresividad, este tipo de comportamientos no son tolerados. Y se ven como malos, por tanto, se está aumentando de forma consciente o inconsciente su feminización.

Y no solo esto sucede en las escuelas. También nosotros como padres de hijos varones, no estábamos sabiendo transmitir la masculinidad a nuestros hijos, porque la masculinidad se transfiere de padres a hijos, como vivimos en una sociedad que valora más el éxito y la competitividad, que la presencia de los padres en sus familias, vivimos una ausencia de padres en las familias, ya sea por enfermedad, por no querer, por pasividad, por no poder, etc. Por otro lado, el feminismo radical dando una lucha frontal a todo aquello que huela a hombre a paternidad.

En este ambiente educativo y social, está creciendo una generación de individuos varones carentes de una dimensión masculina, está generando una sociedad, sin hombres, pues los vemos desorientados, pasivos, que no saben lo que un verdadero hombre es. Y esto trae consecuencias muy graves. Porque estamos removiendo un factor muy importante para que esta sociedad avance, estamos removiendo la masculinidad, una masculinidad creada por Dios, conforme a un Plan Divino.  Y esto traerá a la sociedad graves impactos. Ya los estamos comenzando a ver. Es necesario que los hombres retomemos nuestra verdadera identidad masculina y aportemos todo lo que ella trae a esta sociedad, es necesario un cambio de dirección. Hay 2 géneros y estos hay que desarrollarlos plena y profundamente.  Entendiendo y comprendiendo qué significa ser un verdadero hombre y una verdadera mujer. Dios diseñó esto de esta manera. Y esta es la forma adecuada de vivirlo.