Que tal amigos, continuando con la profundización de nuestra sexualidad como un factor integrador que se presenta, se vive y manifiesta en todos y cada uno de nuestros actos, hoy veremos la parte complementaria.

 

Tenemos que dejar de ver o buscar la sexualidad humana solo como una manera de podernos satisfacer corporalmente como todo el reino animal.

De aquí que es muy importante descubrir el amor, cuando se descubre el amor se descubre la verdad, y si se descubre la verdad se puede creer en el amor. Descubrir la capacidad de amar que tengo yo, es el primer principio para poderme entregar al otro; ya que si solo busco que el otro me ame y yo no o viceversa no se está dando la unidad por lo tanto es solo una unión egoísta buscando el placer y la propia satisfacción.

El amor se convierte en constructor de vida, y nos lleva a ver que realmente vale la pena vivir la vida. Cuando existe el amor en ambas partes como es el caso del matrimonio es cuando se construye la comunión del amor. Entonces cuando entra en jugo el amor, la sexualidad adquiere ahora su sentido en algo que es más grande, en algo que trasciende.

¿Entonces que queda de ese deseo sexual o de ese amor erótico? Es descubrir el sentido que encierra esa experiencia amorosa, es descubrir que significa para ti, para mí esa relación sexual llevada a cabo con amor, y descubrir esto es una de las tareas principales en un mundo que ha perdido el sentido del amor, un mundo donde las relaciones sexuales se llevan a cabo por miles y miles de personas, aún dentro del matrimonio solo por el placer sin preocuparse si se ama o no.

El fracaso en tantas esperanzas y el dolor de tantas personas, nos ayudan a entender que nos encontramos ante un verdadero desafío.

Lo que está pasando es que las personas cada vez nos hemos vuelto mas egoístas y temerosas a quitarnos un velo y verdaderamente mostrarnos a nuestro compañer@ tal cual quienes somos, el amor implica siempre una revelación. El papa Juna Pablo II habló mucho sobre lo que es el amor humano.

Para alcanzar una adecuada comprensión del misterio de la sexualidad es preciso ver la relación que tiene con el misterio de Dios: Dios creador y redentor. Entendiendo el amor   de Dios, es cuando apreciamos el amor entre un hombre y una mujer y ese amor es creado gracias a la acción del Espíritu Santo, de aquí se entiende que por eso el amor matrimonial jamás se acaba pues existe un sacramento, aunque los humanos creemos que el amor matrimonial acaba y mejor se separan o divorcian sin tomar en cuenta que pueden hacer la lucha por rescatarlo ya que en su unión se encuentra siempre el Espíritu Santo a diferencia de los que optan vivir en unión libre que difícilmente a la larga logran sacar adelante su matrimonio, ya que en ellos el Espíritu Santo no se encuentra pues no han querido invitar a Dios a su unión a través del sacramento.

Precisamente teniendo presente que el Señor está en medio de nosotros ese deseo sexual impregnado de amor da como resultado una sexualidad en plenitud, construyendo una comunión humana y no solo corporal y sin darnos cuenta esa relación sexual plena es también participada a Dios, pues es una relación matrimonial somos Dios, el esposo y la esposa.

Por lo tanto, para lograr una sexualidad feliz en todos sus sentidos somos 3 los protagonistas:1. el amor y el deseo,2. el esposo y la esposa y 3. Dios

Aportación mensual Junio 2020 Gerardo M Flores